Si una noche de otoño me desvelo

Tengo que hacer un trabajo basado en un libro que se llama "Si una noche de invierno un viajero". De ahí el título.

Me pasan, a veces, weás bien raras que no descubro cómo afrontar. A veces son cosas simples; otras extremadamente complejas. Basta con que sea una situación incómoda o algo que hace tiempo evitaba pensar, pero que finalmente me pilló sin pensarla... las cosas no pensadas se sucedieron y ya está. Para todas esas reacciono igual: una profunda laguna mental (profunda, profunda, profunda), ganas de salir corriendo, tartamudeo incesante. La anulación completa. Es como si el oxígeno dejara de llegar a mi cerebro, la sangre dejara de circular... casi paralización cardíaca. Una mierda de persona.

Hay gente que ya me conoce y me ayuda cuando entro en ese estado. Lo notan de inmediato y me ayudan a salvar la situación. A veces responden por mí, me excusan o resuelven el lío en que me meto. Pero hay otras en que estoy solita.. y ahí, lo que dije antes: una mierda de persona.. y aplastada más encima, sin nadie que me socorra.

Pienso entonces que quizás por eso escribo. Me tomo mi tiempo, nadie me apura en dar una respuesta.. solo escribo. Con mis faltas ortográficas (que aún no logro quitar, pero que he debido intentar eliminar a fuerza de "cuatros" en mis controles de redacción), mis ideas y con todo eso que debió fluirme cuando me paralicé en el momento en que no debí paralizarme. Una canallada, creo yo. Estoy en desventaja con el mundo. Bésenme los escharros que así es.

Ahora bien (o mejor dicho: "Ahora mal"). No me sirve de mucho escribir, porque la persona que debió leer lo escrito, generalmente jamás llega a leerlo. Eso porque sólo en contadas ocasiones la persona viene a tener frente a sus ojos lo que debí decir a sus oídos... entonces ahí quedo yo, media muerta, con la comunicación truncada, por culpa de mi falla mental.
Enferma mental.
Quizás nunca debí salir del Peral.

Tanta weá pendiente que tengo...