Ven Michu Michu, no te echés pa`tras
ven Michu Michu para`ca
Lo siento, pero ando con esa canción pegada, lo peor es que solo recuerdo esas dos frases, aunque pienso, que no había mucho que recordar.
Lunes y Martes he salido de mi habitual recorrido, es decir, caminar unos cuantos paraderos hasta mi nunca bien ponderado Preuniversitario y andar un poco en bicicleta de aquí para allá (le he perdido el miedo a andar en cleta, después de una fea caída que tuve, tenía horror de tan solo imaginármela). Anduve en el centro de Santiago y me he encontrado con el mundo que a veces olvido que existe, mientras estoy sumida en mis quehaceres light.
Cuento corto. El lunes me encuentro con un edificio, que ya olvidé el nombre, pero que tenía relación con la ayuda o quejas, que puedan tener los minusválidos. Está ubicado, si mal no lo recuerdo, en Teatinos con alameda. Lo risorio de esto, es que es un edificio público, perteneciente al estado, pero que "OHHHHHH" para entrar a el, hay que subir escaleras y por más que miré no encontré ni una rampa que facilitara el acceso a minusválidos. Siendo que hace tiempo atrás se dijo que todos los edificios públicos debían tener habilitados este tipo de acceso.
El martes, cuando volvía de mi dentista, el ortodoncista -que dicho sea de paso, me ha dado por segunda vez el alta y debo ir a control en un año más (yupiii)-, y caminaba para tomar micro, por una calle no muy concurrida, me doy cuenta que más adelante hay cuatro personas forcejeando. Dos mujeres medias borrachas atacaban a un anciano en bicicleta y un cuarto personaje, transeúnte común y corriente, va en ayuda del starrio. Todo ocurre, mientras un tipo de trajecito azul con rojo, observa el hecho desde su caseta de vigilancia, sentadito, café en mano a no más de 3 metros de él.
ven Michu Michu para`ca
Lo siento, pero ando con esa canción pegada, lo peor es que solo recuerdo esas dos frases, aunque pienso, que no había mucho que recordar.
Lunes y Martes he salido de mi habitual recorrido, es decir, caminar unos cuantos paraderos hasta mi nunca bien ponderado Preuniversitario y andar un poco en bicicleta de aquí para allá (le he perdido el miedo a andar en cleta, después de una fea caída que tuve, tenía horror de tan solo imaginármela). Anduve en el centro de Santiago y me he encontrado con el mundo que a veces olvido que existe, mientras estoy sumida en mis quehaceres light.
Cuento corto. El lunes me encuentro con un edificio, que ya olvidé el nombre, pero que tenía relación con la ayuda o quejas, que puedan tener los minusválidos. Está ubicado, si mal no lo recuerdo, en Teatinos con alameda. Lo risorio de esto, es que es un edificio público, perteneciente al estado, pero que "OHHHHHH" para entrar a el, hay que subir escaleras y por más que miré no encontré ni una rampa que facilitara el acceso a minusválidos. Siendo que hace tiempo atrás se dijo que todos los edificios públicos debían tener habilitados este tipo de acceso.
El martes, cuando volvía de mi dentista, el ortodoncista -que dicho sea de paso, me ha dado por segunda vez el alta y debo ir a control en un año más (yupiii)-, y caminaba para tomar micro, por una calle no muy concurrida, me doy cuenta que más adelante hay cuatro personas forcejeando. Dos mujeres medias borrachas atacaban a un anciano en bicicleta y un cuarto personaje, transeúnte común y corriente, va en ayuda del starrio. Todo ocurre, mientras un tipo de trajecito azul con rojo, observa el hecho desde su caseta de vigilancia, sentadito, café en mano a no más de 3 metros de él.
Estas cosas me desesperan.
6 comentarios:
uf
muy parecido a lo que vi ayer en las noticias... Unas mujeres asaltantes que esperan a los viejitos al salir de su tarde de copas...
En fin, lo que más rabia da es la reacción publica frente a esto... Me niego a pensar que lo tengamos asumido ya... que estemos acostumbrados...
pfff
mmm...
siempre fallan las cosas
como edificios sin rampa...
guardias demaciado flojos...
o nose etc....
y lo peor es que nadie ni uno alega
nos leemos
lo que dice kasuro no deja de tener razón, ya hemos perdido la capacidad de asombro, nos acostumbramos a ver violencia, la gente está temerosa, no se mete para evitar que los dañen, todos reclaman y nadie hace nada, cuánto lugar a los que los discapacitados no pueden entrar??.... decían, todos tienen que tener acceso expedito para ellos pero los predicadores del gobierno como siguen al padre gatica son los que menos cumplen... hay mi amiguita ricarda, no se desespere... ayer vi contacto y no podía entender la fría reacción de las autoridades frente a la pobre gente del volcán, lamentablemente hay cosas que no están a nuestro alcance... buen tema y buen blog como siempre... ah y gracias por el animo azucarado en mi blog...
Querida Condesa, debió usted actuar con diligencia, es fácil, se acerca a las delincuentes, les golpea con un ramo de flores, ellas se asustan y se marchan horrorizadas, usted cura al pobre anciano y el Gobierno de Chile se lo agradece nombrándola Ministra de la Bondad y la Buena Voluntad.
Lástima, quedó quieta, observándolo todo
De usted, querida mía
me da N lata que los discapacitados se queden en lo que la sociedad les ofrece: en los metros no hay ascensores, imposible subirse a esas micros repletas, que hablar de ir al supermercado y abastecerse... los discapacitados existen y son ciudadanos igual que todos (excepto los que han perdido su calidad de tal) La inseguridad es grande, no recuerdo bien cuántas veces, caminando por pleno centro de Vinha con carabineros cerca, me metieron la mano en mi cartera para intentar robarme, es una lata, ahora estoy juntando plata para comprarme una de esas cámaras digitales profis y una de las cosas que me complica es que son tan caras y si me la roban por ahi? no se... es un gran tema el de la conformidad y pérdida de fascinación y sorpresa...
ya no se como llegué a tu blog(llevo + de 9 horas frente al pc), pero me gustó mucho, hacía bastante que no me encontraba con un blog interesante y lúcido como el tuyo, desde hoy lo visitaré a menudo.
saludos
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