Sí, si, de vez en cuando...

Bueno ya, creo que tengo momentos de lucidez. No sé que pasará en mi cabeza, que hormona segregaré o no segregaré, la acetilcolina, dopamina, torombolina, wuebonsina, qué sé yo!. No sé que cosa sucede, pero ocurre y ahi estoy, con los ojos todos lagrimosos, aguantándome las aguas que quieren salir de mis ojitos, con la revista PAULA en la mano y mi vista fija en las fotos de las mujeres de Tucumán raptadas.

No podía dejar de mencionarlo, sobre todo si es algo tan tremendamente violento, corrupto e infernal. La mayoría son jovenes de Tucumán, Argentina (aunque también se sabe de paraguayas, chilenas y de algunas turistas europeas que son utilizadas para "generar bebés blanquitos", que son de preferencia al momento de "adoptar"), provenientes de familias pobres, embaucadas con la esperanza del trabajo bien remunerado o lisa y llanamente raptadas. Muchas fueron a comprar el pan y jamás volvieron, otras escaparon para contar la tragedia. Sus cuerpos son vivo relato de lo que vivieron, la marca de una bala en el hombro, un hachazo en la espalda, quemaduras y huesos rotos, todo oculto por la policia, fiscales y ministros. La mafia es grande, sobre todo en la Rioja, donde nadie entra ni sale sin ser previamente controlados en las lineas fronterizas con las demás provincias; la policia pertenece al lado de los malos. Curiosamente recordé a Menem, el vecino de todos ahí en la Rioja, el marido de la Bolocco, el traficante de armas a cuyo hijo lo volaron en un helicóptero...

Y no sigo más porque me pongo mal. Sí, soy sensible y qué!.
No sigo más, porque me baja la rabia contra el mundo, porque pienso en el idiota que lanzó la bomba atómica y dice que lo volvería a hacer, porque él cumple con el deber nacional.
No sigo más, porque pienso y de fondo comienza a sonar Epitaph de King Krimson que no le levantan el ánimo a nadie.