lunes, octubre 17, 2005

Historias con Naftalina 1/3

REDEMPTION (Todo lo malo que encontré)

Ahhhh, lo recuerdo como si fuese ayer.
Corría la primavera del 2004, que tiempos aquellos. Unas lluvias locas por aquí y por allá. Todo climáticamente, bien lindo.
Sí, era noviembre del año pasado y yo videé que mi vida seguía un curso que a mí no me agradaba. Después de casi dos años estudiando una “bonita carrera”, en una prestigiosa universidad de nuestro país, la niña cerebro seco decidió abandonar aquella vida. Terminaba así, con los sueños de todos un pueblo que siente y vibra con lo mejor de lo nuestro, cual país sin mundial, sin clasificar ni a un repechaje si quiera, mi familia sintió como una herida en lo más profundo de su corazón la tan horrible noticia. Sí, pensaban todos que mi destino ya estaba bien encaminado, al parecer yo ya estaba poniendo los pies en la tierra y se me auguraba un buen futuro.
AAAAAAAAAAAAAK. Error.
Me viré, pero no me tiré, ojo (al menos aun no).

Así pues, con 22 años recién cumplidos, el lunes de la primera semana de marzo de este año (me di mis vacaciones, primero, oooooobvioo), busqué trabajo. Y, a modo de redención, encontré en la autoflagelación mi salvación. Me vendí. Sí.... y por unos pocos pesos. Me entregué, cual selección chilena de fútbol ante Brasil, a la máquina devoradora de personas. Una cadena internacional de comida rápida, donde venden pollos crispys, cuyas siglas son KFC.

Desde un principio supe que me iban a pagar poco. Y lo asumí. Todo por mi redención, insisto en ello. Calzaba a la perfección con mi plan que era bien básico: Dejarme explotar por tres meses, que por la vía del sufrimiento del ser querido (Yo), la familia se apiadase de mí y así olvidar “el gran fraude”, sacar de paso algún cochino dinero (no me importaba la plata, lo juro), mantener mi cabeza ocupada en descansar y hacer en el segundo semestre un curso intensivo en el preuniversitario para volver a la sociedad.

Al final, en el plan, lo único que varió fueron los meses de auto castigo. La explotación fue tanta que aguanté (y a mucha honra) casi dos meses. El cuero no me dio para los tres que se incluían en mi programa básico de salvación. Con lo trabajado (o sufrido o explotado) en esos días, mis “pecados” quedaron pagados con creces.

Hermanos míos y mis únicos amigos, aquí empieza la parte realmente dolorosa y casi trágica de la historia, trabajaba, en ocasiones hasta 10 días seguidos, esperando EL día libre de la semana. Con turnos tan cabrones como la comida que ahí había, que era una gran cala. A veces, mis queridos lectores, yo llegaba a las 11 de la mañana y me iba como a las 12 de la noche, aquellos días eran los llamados “dobles turnos” que teníamos que hacer en el súper local (¿quieren la dirección, para ir a tirar algunas piedras?), o los tan descerebrados cierres de local de fines de semana, donde a veces nos quedábamos limpiando hasta las 2 de la madrugada y al día siguiente me tocaba una wuena apertura de tienda, lo cual me exigía estar como tuna a las 10 de la mañana, acompañada de mi mejor sonrisa diplomática.

Oh, mis estimados colegas, ustedes no querrán vivir lo que viví en aquel lugar. Debía sacar la basura y, a veces, ponérmela sobre el hombro para subirla a los contenedores de basura, mientras chorreaba todo el grasño y vonoso líquido de todo lo usado al interior del local por mi plecho y espalda. El ploto me quedaba cansado y mal vonoso. Limpié no sé cuántas veces baños, con cala que no era la mía ni de mi familia. Me apodaron Mario Bros, por mi facilidad para destapar el W.C., hasta fui ceremoniosamente bendecida por mis compañeros, cual señorita de la mesa redonda, salvo que en vez de espada, mi arma era un sopapo. Me aguanté no sé cuantas veces vomitar sobre el vómito de otros, mientras lo limpiaba. Una vez debí preparar el suave y cremoso puré, como hecho en casa y al vaciar el puré deshidratado de la caja al tiesto donde lo preparaba, observé un... o no, mejor nos les digo. Quedamos mejor, en que ustedes no deben comer puré, en estos mestos.

Aaaaah, sí, hubo muchas cosas malas en esa época, pero ustedes no querrán escuchar toda esa cala. Sin embargo, créanlo o no o bésenme los scharros, aprendí mucho y existieron cosas buenas. Pero todo eso se vendrá con la segunda parte.

13 comentarios:

Francisca Westphal dijo...

Claramente, debe ser súper desagradable trabajar en un lugar así, pero como tú bien dices, había que redimirse. Imagino que aprend´site harto, trabajando así uno cacha en lo que estan miles de personas en nuestro bien querido Chile en Desarrollo y seguro que tu aprendiste mucho también... por lo menos, a controlar el estómago no? Y postea po´s negra, mira que es un refresco de nuevos aires cada día...

greenlightning dijo...

debe ser fuerte el cambio de pasar desde una univesidad al kfc son dos ambientes totalmente distintos ademas siempre cuesta empezar de nuevo

saluos

Anónimo dijo...

mi amiga, con esa historia yo la beatifico, qué terrible, tenía un amigo que trabajó en esa "prestigiosa" cadena y nos pedía que por favor no comiéramos nunca ahí, jamás he probado esa comida, menos mal que alguien me aconsejó, te entiendo, la explotación es muy fuerte, bien por ti que ahora estás en otra etapa..... aunque para apreciar hay que vivir lo bueno y lo malo... ahora espero la historia alegre... te felicito... tauuuuuu

Ekuafilms dijo...

priemra vez k te leo, y dejame decirte k senti mucha pena por ti!!! yo la semana pasada trabaje por primera vez en mi vida, aunke dormia kasi todo el dia "en la pega" igual me kansaba... asi k me imagino komo abras sufrido... mejor el estudio o no?

saludos!!

Daniel el grande dijo...

Tú sabes que te aprecio, pero me da pesar que tu estancia en el KFC se parezca tanto a mi Internado Médico de Pregrado (osea el año de prácticas en que eres el gato del gato del gato... secula seculorum). Amo mi carrera, pero tu descripción me hizo recordar tanta mierda que uno pasa en el hospital; que casi lloro al pensar que me faltan otros 4 o 5 años de Residencia (estudio de una especialidad Médica) para librarme del ambiente hospitalario de restaurante de fast food para pasar a las grandes y mejores cosas de la medicina. ¡Además tus horarios eran mejores que los míos!
Nimodo, cuando naces para esto, te aguantas.
Por otro lado, te mando una brazo. Sí, no te he contestado el mail, pero en la office no entra por que están bloqueados. Sin embargo sabes bien lo que estoy esperando. Saludos.
Dr. Daniel Ríos

MarioSillard dijo...

jaja, muy wena la historia,... q talento q tienes...

con lo de la pega, demás q es precaria la forma...
lamentablemente, es lo que hay nomas para much@s en este país...

saludos...

tierragramas dijo...

ufff... pasé algo similar a ti. Pero al terminar el Liceo. Decidí descanzar de los estudios un año y trabajar. Darme un tiempo para pensar y elegir que querria ser a futuro.


Trabajé de jardinero. Me sacaron la cresta trabajando. Adelgacé y todo y mi cuerpo entero era un montón de mañas y dolores.

Como dices tú, detrás de todo lo malo se aprende mucho. Lo denigrante de algunos tratos contigo, el saber el esfuerzo que algunas personas realizan toda una vida con sueldos miserables para llevar una familia son, entre otras cosas, los temas que me dan vuelta la cabeza al leer lo que escribes...
Nunca lo olvidaré. Hoy soy un profesional y veo con mucho respeto a la gente que sacrifica su cuerpo, salud y dignidad por unos pocos peson. Sin duda unos verdaderos heroes!


Buen post!

garta dijo...

gran valor para ir de un extremo a otro. A lo mejor limpiar la caca, vomitos y fluidos de otros fue una forma de expiar culpas.
Tuve la suerte de trabajar solo un rato en comida rápida. Digo suerte porque me que me un poco el brazo con aceite y obvio medio averiao no servía asi que pa la casa.

Pau dijo...

Fuerte el cambio, imagino que fue difícil (por decir lo menos).
Te leo.
Saludos.

Simon@ dijo...

heavi el cambio
dificil...

nos leemos
buen post te pasaste

TinoRO dijo...

Debiste colocar una advertencia... si Ud. esta pronto a comer, cenar o lo que sea por el estilo NO LEA ESTO.

Ahora pienso en la aromática cala.

Definitivamente no voy más allí.

Ahora dígame su pájara, ¿qué desea estudiar ahora? o es una persona normal y tiene una gran confusión (perdón por lo copuchento, pero, bueno pero nada)

También, amablemente, le exijo claridad sobre el contenido alienígena del puré.

Saludos,
Tino RO

Ricarda dijo...

Bueno, este post ha servido para observar la dignidad del trabajo, para que me digan que les ha dado pena por mi, para decirme lo valiente que soy y para, entre otras cosas más, dejarlos con una duda existencial:

¿Cuál es el elemento "X" en la preparacion de tan sabroso puré?

Rantes dijo...

eeeeee, gran historia, no es mala idea dejar la direccion de esos explotadores para hacerles una "visita" y esperaré la continuacion de esta saga, que espero aparezca pronto.
bueno, gracias por visitarme y aunque dicen que todo tiempo pasado fue mejor luchamos a diario por construir un futuroi mejor( que partidista, las elecciones que se acercan me tienen algo exaltado).
eso seria, nos leemos